En guías anteriores, hemos analizado los atributos básicos, aquellos en los que puedes invertir los puntos que ganas tras alcanzar un nuevo nivel, y los atributos generales, que incluyen las estadísticas más mundanas que tienden a nivelarse automáticamente y que determinan aspectos tales como la resistencia y las unidades que puedes llevar contigo a la batalla. Lo que aún no hemos analizado son los atributos de combate, específicamente, las estadísticas que forman la base de todo el sistema de ataque y defensa. Por fortuna, no hay muchos de los que preocuparse, pero el modo en que interactúan con otros atributos es un aspecto importante para comprender la función que debes cumplir en cada encuentro de combate.

Hay varias maneras de analizar los atributos de combate. Lo más sencillo es categorizarlos según el tipo de daño. En términos generales, hay tres maneras de herir a un enemigo (sin tener en cuenta los efectos basados en habilidades, como el veneno y el fuego): clavarles el extremo de algo (una flecha, una punta de espada o una lanza), acuchillarlos con una espada o borde afilado (como una nodachi, un hacha de petos o una guja) o golpearlos con el extremo más grueso de un arma de mástil o un mosquete.

La cantidad de cada tipo daño que se cause dependerá del arma, por supuesto, pero hay tres conjuntos de atributos personales que determinan el resultado final: daño perforante (influenciado por la agilidad), daño lacerante (fuerza) y daño contundente (fuerza). Algunas armas pueden causar gran cantidad de un tipo de daño o cantidades menores de los tres. Algunas, como las lanzas y los mosquetes, causan diferentes tipos de daño según el extremo.

 

Espada de escudero

Nodachi real

Lanza de hierro

Dagas de hierro

Arco de cazador furtivo

Mosquete

Daño perforante

785

484

684

434

1088

1889

Daño lacerante

785

987

785

434

183

0

Daño contundente

283

3

182

184

0

32

La cantidad de daño causado dependerá de los atributos de penetración de tu armadura, de los cuales, nuevamente, hay tres tipos (perforante, lacerante y contundente). Aquí es necesario resaltar una diferencia importante, ya que, mientras la punta de flecha puede causar más daño perforante que la lanza, debido a su velocidad al atravesar la carne descubierta, las flechas son más propensas a perder gran cantidad de su energía por tener que penetrar la armadura.

Mientras que tu atributo de fuerza es importante para causar daño lacerante y contundente, la agilidad contribuye a aumentar la penetración lacerante y contundente de armaduras. Esto significa que, a menos que estés blandiendo un arma que cause un solo tipo de daño de manera consistente —como las armas a distancia—, es bueno evitar que tu agilidad sea mucho menor que tu fuerza. A modo de regla simple, si la fuerza es el principal atributo del daño, tendrás que considerar la agilidad si quieres maximizar la penetración, y viceversa.

 

Espada de escudero

Nodachi real

Lanza de hierro

Dagas de hierro

Arco de cazador furtivo

Mosquete

Penetración de armadura perforante

986

886

1137

786

837

1889

Penetración de armadura lacerante

835

786

886

786

183

0

Penetración de armadura contundente

384

34

485

285

0

184

Finalmente, están los atributos de defensa: defensa perforante, defensa lacerante y defensa contundente, que se ven directamente afectadas por tu atributo de armadura básico, además de cualquier objeto de armadura que tengas equipado. Las armaduras más básicas absorben el daño con la misma efectividad en los tres tipos, de las cuales, la armadura pesada ofrece una mayor protección (y restricción) que los objetos de armadura ligera. Sin embargo, a medida que progreses, descubrirás una mayor variedad de combinaciones de armaduras que son mejores que otras a la hora de reducir el impacto de ciertos tipos de daño. De este modo, por ejemplo, puedes resistir ataques penetrantes más efectivamente que otros tipos de daños.

Además de equipar y nivelar a tu personaje efectivamente para el combate, las mismas estadísticas básicas se aplican a tus unidades y a tu fiable corcel. De más está decir que es ventajoso que tus unidades y tu personaje se complementen de modo que se puedan compensar las debilidades defensivas de tus unidades o apoyar tus fortalezas ofensivas. Asimismo, si luchas como parte de una fuerza cohesionada, deberás tener en cuenta las tácticas generales del grupo.