Kaiser Kuo irrumpió en la escena rock a finales de los 80 con Tang Dynasty, conocido como el «primer grupo de heavy metal chino».

Aún muy metido en el mundo de la música (y de los juegos de estrategia), Kaiser nos habló sobre sus fascinantes influencias musicales y la historia de Tang Dinasty, entre otras cosas, como parte de la Semana de la música, que se centra esta vez en la historia musical tras Season VIII: Dynasty.

Foto de Paolo Sacchi

He oído que te gustan los juegos tácticos como Total War: Three Kingdoms (y que te interesa Conqueror’s Blade). ¿Qué te atrae de este tipo de juegos?

Yo crecí a finales de los 70 y principios de los 80 jugando al Dungeons & Dragons y siempre me ha gustado la guerra medieval. Me encantaba coleccionar espadas y otras armas. Me gustaba, y todavía me gusta, el tiro con arco. También leía mucha novela histórica y de artes marciales chinas, como el Romance de los Tres Reinos, que es un gran clásico de guerra y estrategia. Cuando llegaron los videojuegos, me centré en ellos, con mi monitor monocromo y un IBM PCjr, en 1982. Jugaba a The Ancient Art of War, y es lo que siempre me ha gustado. Nunca me llegué a aficionar a los shooters.

¡Conqueror’s Blade tiene una pinta estupenda! Me gusta la acción.

Háblanos sobre tus primeros años. Ya sabemos cómo te aficionaste a los juegos, ¿y a la música?

Bueno, como todos los estadounidenses de origen chino tenía que tocar (aunque en mi caso fue voluntario) el piano y el violín. Me pasé al chelo en sexto grado, lo que de alguna manera me preparó la mano para tocar la guitarra. Cuando me fui del lugar donde crecí, en el norte de Nueva York, a los 12 años, no había orquesta de cuerda en mi nuevo colegio, así que dejé el chelo, estaba cansado de cargar con él de todas formas, y me pasé a la guitarra. Tenía un amigo que tocaba muy bien en séptimo grado y me enseñó mis primeros acordes. Otro amigo que tenía una guitarra, pero pasaba de aprender a tocarla, me la prestó y empecé a tocar. Se me daba fatal hasta el primer año de universidad, que fue cuando me lo empecé a tomar un poco más en serio, y aparte de estudiar, era lo único que hacía. Tocaba todo el tiempo.

Vivía en un barrio de chavales interesados en la nueva oleada de bandas de heavy británicas, así que me empecé a aficionar, sobre todo a Iron Maiden y Judas Priest. Antes de eso, lo que me gustaba era el rock progresivo. Me encantaban Yes y Emerson, Lake & Palmer (ELP). También me influyeron mucho Blue Oyster Cult. Los adoraba.

La última era de Conqueror’s Blade se llama «Dynasty», y está influida sobre todo por la era Tang, así que no nos quedaba más remedio que hablar con el fundador de Tang Dynasty. Cuéntanos cómo se formó la banda y cómo surgió el nombre.

En 1986, en la universidad, en Berkeley, nos cayó del cielo la oportunidad de ir a tocar a China en verano de 1987, pero al final no fuimos por nuestra culpa. Nos pusieron una alfombra roja, todo lo que teníamos que hacer era ir. Pero éramos solo unos estudiantes y no teníamos los recursos que necesitábamos. Uno del grupo quería comprar estuches asegurables para sus sintetizadores y sus cosas, y era demasiado, así que al final desechamos la idea. Me enfadé mucho y la banda se separó, pero juré que iría a China y formaría mi propio grupo en cuanto me graduase. ¡Y lo hice!

En verano de 1988, me fui a China, conocí a otro músico estadounidense y empezamos a tocar. Unos amigos rusos descubrieron una tienda de música increíble escondida en un rincón de Pekín, fuimos, y el dueño nos presentó a un músico con el que acabé fundando Tang Dynasty unos meses más tarde. Fue amor a primera vista, nos hicimos muy amigos enseguida y empezamos a tocar juntos. Esa misma noche fuimos al local de ensayo, muy borrachos, y tocamos toda la noche en una fábrica de Phillips a las afueras, en la parte oeste de la ciudad. Tenía un talento natural, le encantaba el metal, y era el único que había visto en China. Sus punteos de rock básicos eran muy sólidos, pero más allá de eso, le gustaban Black Sabbath, Judas Priest y las cosas más duras de Led Zeppelin. Ese fue el origen de Tang Dynasty, pero no nos unimos formalmente hasta que volví a EE. UU. en el invierno del 89 para llevarme más equipo y convencer al batería de mi grupo universitario de que viniese a China después de graduarse. Al final se vino y tocó con nosotros. Cuando volví a China después de esa pequeña estancia, mi amigo, Ding Wu, vino a buscarme al aeropuerto y me dijo que le había contactado un director de cine.

Iba a rodar una película sobre una banda de rock en Pekín y nosotros parecíamos una banda de rock (tipos altos con el pelo largo). Nos quería para su película. Eso nos dio la oportunidad de ensayar en un estudio estupendo perfectamente equipado a nuestra entera disposición durante todo el día.

Compusimos la banda sonora y material para un álbum, y bueno, creamos la banda. Necesitábamos un nombre y a mí ya se me había ocurrido lo de Tang Dynasty hacía tiempo. Sabía que quería llamarla así. Ya había pensado cómo iba a sonar, y qué aspecto y qué temática tenía que tener una banda de heavy metal china.

Igual que los grupos de rock duro occidentales sacaban sus nombres o ideas de Tolkien, el medievo, la caballería y el barbarismo, para mí fue fácil encontrar un paralelismo. Había algo que resonaba en la cabeza de todos los chavales chinos llenos de testosterona, y de muchas chicas también, y eran los textos épicos de artes marciales, los grandes clásicos, y los libros de estrategias de batalla con los que todos crecimos. Era una asociación lógica.

Tang, en particular, era muy atractiva, porque se parecía a lo que China estaba experimentando en ese momento [1989]. Antes de los sucesos del 89, hubo un periodo muy optimista en el que China se sentía en la cúspide de nuevo. Había apertura a ideas extranjeras, a reevaluar las tradiciones, a la cultura de todo el mundo... Y eso es exactamente lo que hizo a Tang grande en su época. Si preguntas a la gente que cuál es la mejor dinastía china de la historia, la mayoría responderá que fue la de Tang. Y si les preguntas por qué, te dirán que fue por su apertura y porque absorbió influencias de todo el mundo.

Me parecía que ese era el espíritu de la época que estábamos viviendo y lo que podía llegar a ser si seguíamos mostrándonos así de abiertos. Nos habría devuelto la grandeza sin renunciar a nuestra cultura (cosa que no hizo Tang) y sin tener que imponérsela a nadie. Me pareció que era un ideal.

A la vez, pensé que el nombre y el aspecto eran una buena manera de introducir esa música extranjera en el público chino y hacerla inteligible para ellos, con referencias chinas reconocibles, ya fuesen las letras, la tradición poética o los estilos musicales actuales.


Sabía que era un número peligroso. Podíamos caer en la caricatura si metíamos demasiados gongs o pasajes chinos que no fuesen orgánicos y auténticos. Teníamos que procurar que la música fuese la apropiada para incluir pasajes que sonasen chinos. Esa era la idea.

¿Sigues tocando o tienes planes de volver a hacerlo oficialmente?

Me encantaría, o sea, sueño con ello todo el tiempo. Anoche por ejemplo soñé que había vuelto con el grupo y que nos estábamos preparando para una gira. Era muy raro. Aparecía King Kong de repente. Había pilas de simios muertos... Ha sido un sueño horrible.

Siempre estoy tocando y tengo muchas ganas. Tengo amigos músicos con los que me junto y tocamos y grabamos cosas de vez en cuando.

Con el confinamiento, ha sido difícil reunirse y también he tenido mucho trabajo. También he estado aprendiendo a tocar otro instrumento. Llevo un par de años aprendiendo a tocar la batería. Así que eso es lo que he estado haciendo. Mi pobre familia ha tenido que aguantar mi contrabajo.

Todas las temporadas de Conqueror’s Blade tienen influencia histórica. La temporada pasada fueron los vikingos y Ragnarok, y ahora la antigua cultura china. Si escribieses una canción para Season VIII: Dynasty, ¿cómo se titularía?

Ay, madre... Pues algo como «Las murallas de Chang”an».

Los asedios son una parte importante de Conqueror’s Blade y ese siempre me ha parecido increíble. Es fascinante. Hay tantos elementos móviles, tanta maquinaria en funcionamiento, literalmente.