Detrás de las adaptaciones de Disney, actores de doblaje de primera categoría y dragones animados, la verdadera historia de Mulan y su legendaria valentía perduran como una historia de heroísmo en las circunstancias más improbables. Pese a que existen diversas versiones de la atrevida decisión de Mulan de tomar el puesto de su padre en la batalla desde su primera versión en el año 400 A. D., el poema «Balada de Mulan» es donde comenzó su historia. Como relato de tradición oral, la leyenda de Mulan fue difundida durante un siglo hasta que finalmente fue escrita durante la dinastía Tang, la era que sirvió de inspiración a la Season VIII: Dynasty.

Aunque existan tantas versiones (cómo olvidar la memorable película de animación de Disney de 1998), nos gustaría entretener por un rato con nuestra propia historia de la leyenda de Mulan.


Hua Mulan era una joven mujer originaria de China, posiblemente de una ciudad similar a Hao Jing, durante la dinastía Wei del Norte (北魏 Běi Wèi, 386-534), trabajando en los telares sin grandes sueños de aventuras. Pero los fuegos de la guerra se estaban avivando, y el emperador envió avisos de leva a cada familia, y su enfermo y anciano padre se vio obligado a responder a la llamada y unirse al ejército.

Mulan, que temía por la vida de su padre, decidió ir a la guerra en su lugar. Compró una montura en el mercado local, y comenzó su camino para convertirse en soldado, consciente de que si se descubría que era una mujer, las consecuencias podían ser fatales.

El coraje de Mulan duró una década en la cual luchó en cientos de batallas y creció la admiración respecto a sus hazañas bélicas y su destreza militar, todo mientras se hacía pasar por un hombre. Al terminar la campaña, fue invitada a palacio para recibir honor y gloria, pero cuando el emperador preguntó cuál deseaba que fuese su recompensa, ella tan solo pidió poder volver a su hogar.

Al reunirse con su familia, apareció por la ventana para saludar a sus camaradas, vestida de mujer con flores doradas en su larga cabellera. Los hombres quedaron impresionados, ya que no tenían ni idea de que fuese una mujer.

Al ver esta reacción en sus caras, Mulan ofreció una metáfora.

«Las patas del conejo saltan más, los ojos de la hembra son algo más pequeños, mas cuando ves un par corriendo por el campo, ¿quién logra distinguir la liebre del conejo?»

La historia de lealtad a su padre, valentía y revelación de la verdad se alinea con muchos de los valores que siguen vigentes a día de hoy.

«La flor que florece en la adversidad es la más rara y bonita de todas».

Si Mulan fuese una señora de la guerra en Conqueror’s Blade, no cabe duda de que estaría en el salón de la fama durante temporadas venideras, y definitivamente no deshonraría a su familia (o su vaca).

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