Aunque pensemos en el rap como una forma de expresión rítmica o poética originada en Nueva York en los años 70 que a menudo se interpreta de manera arrogante y conflictiva, podemos encontrar sus raíces en África, Asia y Europa, y seguir su rastro hasta la antigua Grecia. A falta de poder interrogar a Teócrito y sus contemporáneos, el peso de la evidencia histórica hasta la fecha sugiere que el flyting, del que se escribió por primera vez en la literatura nórdica, céltica y anglosajona, es el precedente más directo del rap.

Flyting, derivado de la palabra del inglés antiguo para designar una «disputa», se describe como un «ritual de intercambio poético de insultos», una especie de juegos acusatorios de palabras que tenían lugar antes de los auténticos combates.

En la Inglaterra anglosajona, solían tener lugar en fiestas, y el ganador se decidía según la reacción del público antes de que ambos competidores pudieran echar un trago de hidromiel para celebrarlo. En los siglos posteriores, el flyting se consideró una forma normal de entretenimiento. En la Escocia del S. XV, por ejemplo, donde la blasfemia pública se castigaba habitualmente con cuantiosas multas y flagelación, Jacobo IV y su sucesor prácticamente fomentaban estos provocativos intercambios orales.

El «flyting cortesano» se sigue practicando hoy en día incluso. Se sabe que numerosos miembros del parlamento islandés, el Alþingi, «se enorgullecen de ser buenos compositores de rímur(un tipo de poema que evolucionó a partir de la Edda poética del s. XIV), que usan para ridiculizar a los opositores de forma amistosa».

Una de las reglas no escritas de las batallas de rímur es que los duelistas deben responder de igual manera, o sufrir el ridículo y la derrota, lo que sugiere que las batallas de rap vikingas (como se puede ver a través de esa otra experiencia vikinga interactiva), y los rítmicos griots del África occidental influyeron mucho más en la cultura moderna estadounidense de lo que muchos creen.