Llegan los compañeros a Conqueror’s Blade

En un intento por llenar un hueco humano en la experiencia de Conqueror’s Blade, estamos encantados de anunciar que en Season VII: Wolves of Ragnarok los compañeros se convertirán en miembros muy valorados de las tropas.

Los compañeros son una característica básica en muchos juegos de mundo abierto. Para los jugadores que van por libre son alguien con quien hablar mientras llevan a cabo tareas aburridas e insignificantes, y para los demás, personajes cómicos que toman caminos aleatorios y siempre están en medio. En Conqueror’s Blade serán un poco más importantes y podrán usarse para atraer el fuego enemigo. Pero no los uses como escudo humano demasiado a menudo o tu mejor amigo se convertirá en tu peor enemigo.

El primer compañero será un personaje que a muchos os resultará familiar: Bob el Imperialista. Bob fue capturado y privado de sus asociaciones imperialistas en enero y ha estado pensando qué hacer con su vida en una celda ostaria desde entonces. Ahora se prepara para reintegrarse en la sociedad y parece decidido a resarcirse haciéndose amigo fiel de todo el que lo acepte.

Para desbloquear a Bob el Compañero, tendrás que eliminar a 12 soldados de tu propio equipo con equipamiento de asedio en batallas de emparejamiento. Bob seguirá a sus amigos a todas partes por las ciudades y el mundo abierto regalando perlas de sabiduría y tomando el pelo a los jugadores que caen en la batalla con frases nada irritantes como: «Parece que hoy no es tu día, ¿eh?».

Bob el Compañero ha sido doblado en todos los idiomas del juego y ofrecerá a sus aliados una bonificación del 50 % de evasión en combate (excepto en guerras territoriales y batallas del modo Arena), ya que los enemigos le atacarán a él antes que a nadie. Con el doble de salud que sus compatriotas, Bob puede sobrevivir a los ataques más virulentos. Si cae, volverá a levantarse a los 15 minutos y solo dejará de seguir a alguien si tiene una recaída (5 % de probabilidad) y le dispara una flecha matándolo al instante.

Con amigos como Bob, ¿quién necesita enemigos?