Las guerras territoriales son las batallas que definen el panorama político de Conqueror’s Blade y tienen lugar dos veces por semana. Actualmente son los martes y sábados por la tarde. Podéis luchar con o contra otros jugadores a través de la interfaz de batalla o en el mundo abierto en cualquier momento, por supuesto, pero solo en estas sesiones de 60 minutos podréis atacar un asentamiento con el objetivo de convertirlo en parte de vuestros dominios cuando acabe la batalla. Pensad en las guerras territoriales como una veda abierta para tomar feudos, una oportunidad para ampliar vuestras tierras.

Para participar en las guerras territoriales debéis pertenecer a una Casa libre o Alianza, o ser parte de una cohorte restauracionista, una de las organizaciones PNJ dedicadas a unir y expandir sus respectivas regiones. Si pertenecéis a una Casa libre, los líderes decidirán qué feudos atacar antes o durante las guerras territoriales según el nivel de la Casa. A los guerreros de las cohortes se le sugerirán objetivos antes de que empiece el evento.

Como norma general, las batallas por los pueblos se desarrollan en mapas de batallas campales, y las de ciudades y fortalezas, en mapas de asedio. No obstante, hay algunas diferencias entre las batallas de las guerras territoriales y las que están disponibles en la interfaz de batalla. Una de esas diferencias es que no aparecen armas de asedio en el mapa automáticamente. Los jugadores tendrán que utilizar su propia artillería. Otra es que los aliados pueden unirse a una batalla ya empezada, siempre que el número de jugadores de ambos bandos no supere el límite. Por último, si los atacantes se las arreglan para tomar el feudo antes de que acaben las guerras territoriales, con casi total seguridad tendrán que defenderse inmediatamente después. Por estas (y otras) razones, las batallas de las guerras territoriales pueden ser muy intensas, ¡pero también muy gratificantes!

Además de poder presumir de ampliar vuestros territorios a expensas de vuestros rivales, controlar un feudo ofrece algunas ventajas prácticas. Una de esas ventajas es que podréis ingresar ganancias con su nivel de Prosperidad e invertir en su desarrollo para poder obtener beneficios aún mayores. Además, se puede restringir el acceso a los lugares con recursos (granjas, aserraderos, minas, etc.) ligados al feudo para que el resto de jugadores no puedan usarlos o tengan que pagar impuestos por hacerlo. Lo que no solo será una buena fuente de ingresos, sino que impedirá a los rivales obtener los recursos que necesitan para perjudicaros.

Hasta hace poco, los miembros de las cohortes (restauracionistas) solo podían participar en las guerras territoriales de su región de origen, pero ahora, al igual que las Casas libres y las Alianzas, pueden expandir sus dominios a otras regiones e incluso llevar sus ejércitos a la tierra de nadie cuando esta está accesible. También hay campañas propias de la temporada en las que participar. En ellas podéis desde tomar un modesto pueblo hasta capturar los lugares más emblemáticos del juego, con recompensas personales por cada etapa completada según las vayáis desbloqueando.

Nuestro último consejo es que cuando no estéis luchando en guerras territoriales, deberíais estar preparándoos para cuando lo hagáis. Todas las guerras necesitan recursos y, a medida que se expanda vuestra Casa o Alianza, necesitaréis mantener y ampliar feudos para poder beneficiaros de ellos. Una buena manera de ayudar a los aliados es completar las misiones de feudo del edil. Con ellas podréis obtener materiales de construcción suficientes para mejorar los asentamientos y otros objetos para equipar a vuestras unidades para las batallas venideras. En Conqueror’s Blade es igual de importante lo que se hace durante la paz que lo que se hace durante las guerras territoriales.