Si has estado disfrutando nuestro evento de noche de brujas, reconocerás de inmediato la disposición de este desolado puesto de avanzada, ya que ha sido el escenario de muchas de las últimas batallas en días recientes. Sin embargo, el sol sale de nuevo y trae consigo un desafío igualmente sangriento: defender el centro de la Fortaleza del desierto, el mapa que acaba de sumarse a la lista de expedición (II y III). Sus desesperados pobladores están a punto de enfrentarse a un invasor incluso más persistente.

HISTORIA

La guarnición local ha abandonado su puesto y los desamparados ciudadanos de la Fortaleza del desierto no son capaces de defenderse por sí mismos. Propagar rumores como forma de defensa —que espíritus malignos eran los culpables de las desgracias de la ciudad— solo atrajo a mentes siniestras a explorar las sombras vacías de la localidad. Sin embargo, gracias a los continuos esfuerzos de señores de la guerra, las calles recuperan poco a poco su seguridad. Pero al amanecer, tras la neblina de noche de brujas, un nuevo enemigo se dispone a atacar.

INFORME DE EXPLORACIÓN

Una plataforma elevada domina el centro del mapa, sobre la cual los sobrevivientes de la ciudad esperan recibir protección de hasta cinco señores de la guerra y sus unidades elegidas. Entretanto, el enemigo está posicionado afuera del patio principal, dispuesto a avanzar sin obstáculos por las puertas de la ciudad, desde el norte, el este y el oeste. Si sus unidades logran masacrar a los atemorizados pobladores en el transcurso de cinco asaltos sostenidos, la batalla estará perdida.  

OLEADA 1

Para comenzar, los ataques del enemigo son ligeros: piqueros que entran por la puerta poniente, seguidos de espadachines por el oriente, apoyados por una rudimentaria artillería de cohetes. No será difícil mantener ambos flancos protegidos, pero si sales a destruir el Hwacha, ten cuidado de la ronda final de tropas que se acercarán por la puerta norte.  

OLEADA 2

Los arqueros comienzan a entrar en la batalla —pueden matar a los pobladores si se les permite acercarse lo suficiente— y los ataques del enemigo comienzan a superponerse. Además, por primera vez recibirás ataques desde el sur y luego desde el norte en rápida sucesión.

OLEADA 3

Sumadas a las unidades habituales —espadachines, piqueros y arqueros—, se despliegan tropas fuertemente acorazadas desde el este. Estas no son especialmente fuertes, pero hay que eliminarlas pronto: cuanto más tardes en encargarte de ellas, menos tiempo tendrás de prepararte para un asalto por el oeste. Después de eso, puedes esperar un ataque de caballería desde el sur —fácilmente contrarrestado con unidades de piqueros—, seguido de un despliegue de infantería con katana por el norte.

OLEADA 4

Antes de que comience el ataque, tal vez sea buena idea reforzar tus tropas. Hasta este punto, el enemigo ha estado superponiendo sus ataques, pero en este penúltimo asalto atacará con una gran cantidad de tropas desde las tres direcciones al mismo tiempo. Espera encontrarte con la misma cantidad de piqueros, espadachines y arqueros. Ve a su encuentro con una cantidad equivalente desde el área central y solo rompe filas para flanquear o para ampliar una ventaja y deberías resistir hasta la última oleada. Lo sabrás de una forma u otra bastante pronto.

OLEADA 5

Para el asalto final, el enemigo recurrirá literalmente a las armas pesadas, pues se despliegan unidades de mosqueteros en grandes cantidades desde el norte. Esta es una oleada de ataque diseñada para destruir un frente defensivo y abrirse paso a través de él, una vez debilitado. La ronda final de ataques estará dominada por una desesperada embestida de caballería, tanto del este como del oeste. Coloca tus unidades adecuadamente para contrarrestar cada uno y, con algo de suerte y persistencia, ¡la ciudad estará a salvo!