Marie-Antoinette-Josèphe-Jeanne d’Autriche-Lorraine, más conocida como María Antonieta, nació en Viena en 1755 y fue la 15.ª hija de Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico. Aunque creció rodeada de la pomposidad típica de la realeza, su vida acabaría en tragedia.

María Antonieta fue instruida en temas tradicionales y culturales, pero el auténtico valor para su país de origen, Austria, residía en su linaje, por lo que a los 14 años contrajo matrimonio con el rey francés Luis XVI forjando así una alianza entre los dos estados.

Su vida con Luis fue compleja y estuvo teñida de tristeza desde el principio. Cuando María Antonieta fue presentada al pueblo de Francia en su primera aparición pública en junio de 1770, unas 50 000 personas se reunieron en París para verla. Las ansias por ver a la nueva reina provocaron que 30 personas muriesen aplastadas.

Esta tendencia extravagante continuó, y María Antonieta nunca dejó de celebrar opulentas fiestas y apostar e incluso construyó una villa aislada solo para convites en las inmediaciones del Palacio de Versalles. Este refugio era muy popular entre sus damas de honor, que se entretenían vistiéndose de campesinas, lo que otros miembros de la corte y el pueblo interpretaron como burla.

Pero no fue solo su lujoso estilo de vida y los rumores de sus parodias lo que cayó mal entre la multitud. La atrevida joven también se metió demasiado en política para el gusto de algunos e intentó favorecer los intereses de Austria. Los impuestos ya eran una carga demasiado pesada para el pueblo de Francia, y que María Antonieta no dejase de gastar no contribuía a mejorar la opinión sobre ella. También hubo rumores de infidelidades que despertaron sospechas sobre la identidad del auténtico padre de sus hijos.

María Antonieta por Jean-Baptiste Isabey (1783)

En esa época, se le atribuyó la terrible frase «qu’ils mangent de la brioche» o «que coman pasteles» tras oír que el pueblo francés no podía permitirse el pan. Un comentario que, de ser cierto, habría hecho caer en picado su imagen debido a su terrible visión de la pobreza de sus súbditos. No obstante, los historiadores atribuyeron más adelante esta frase a una princesa española llamada María Teresa. Ella ofreció al pueblo francés que comiese «la croûte de pâté» (o la corteza del paté) en 1660.

El 14 de julio de 1789, la toma de la Bastilla significó el comienzo de la Revolución Francesa. Se avecinaban cambios radicales y la monarquía impedía el paso a la auténtica democracia liberal. El pueblo francés estaba muy decepcionado con su realeza y, temiendo por su vida, María Antonieta intentó huir de París y volver a Austria, pero fue capturada junto a Luis XVI y su familia.

Declarada culpable de traición en 1793, María Antonieta cayó en el Terror, en el que miles de «contrarrevolucionarios» fueron ejecutados con la guillotina. Ella se enfrentó a su destino el 14 de octubre a los 37 años.

Aunque María Antonieta no ha sido la reina francesa más popular de la historia, ha sido inmortalizada en la literatura y el cine como una joven vivaracha e inteligente.

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