Cuando Shakespeare escribió Macbeth a principios del s. XVII, no podía imaginar lo mucho que cambiaría la cultura y la literatura en los siglos venideros. Puede que la obra escocesa esté llena de fantasía, engaños y asesinatos, pero ¿cuánto tiene de real?

El Macbeth de la vida real fue rey de los escoceses y del reino de Alba entre 1040 y 1057, y se le conoció como Mac Bethad mac Findlaích, MacBheatha mac Fhionnlaigh, y Macbeth, hijo de Findlay. Aunque su vida no fuese tan dramática como la de Macbeth (el teatro es el teatro), algunos de los nombres, lugares y acciones sí son reales, y la obra debe más a los hechos que a la ficción.

Algo malo se aproxima

La historia de un hombre sin derecho al trono superado por unas ansias de poder que lo llevan a cometer terribles actos empujado por las profecías de unas brujas es solo eso, una historia. Poco se sabe de Macbeth, ya que su reino tuvo lugar hace casi mil años, pero podemos estar seguros de que no hubo ninguna Lady Macbeth acechando en las sombras e influyéndole, como ocurre en la obra de Shakespeare. De hecho, la esposa del Macbeth real, Gruoch, fue una noble reina que permaneció fiel a su lado y gobernó junto a él. De hecho, la lealtad de Gruoch hacia su marido continuó más allá del reino de los vivos, ya que al parecer se suicidó tras la muerte de Macbeth.

Macbeth no tenía tanta sed de sangre ni los delirios que le atribuye Shakespeare. Gobernó la antigua Escocia con mano firme durante casi una década y llegó al trono de una manera natural y honrosa (para la época).

El auténtico Macbeth

¿Es una daga esto que veo ante mí?

Puede que Macbeth esté basado en una figura histórica real, pero su ascenso al trono fue legítimo y no tuvo que asesinar a nadie. Estaba en la línea sucesoria por parte de madre, que descendía de Kenneth MacAlpin, un rey considerado fundador de Escocia que reinó sobre Alba y los pictos entre 843 y 858.

El Macbeth de Shakespeare, sin embargo, no tenía derecho al trono y por eso tuvo que apuñalar al rey Duncan mientras dormía, no antes de una taciturna reflexión. Duncan tampoco fue el anciano y fuerte líder que se retrata en Macbeth. De hecho, era joven y débil. La sucesión de Macbeth al trono se produjo después de que el rey Duncan fuese a luchar a la región de Moray, que Macbeth gobernaba. Duncan murió en la batalla y Macbeth ocupó su lugar como rey de Escocia.


La sangre tendrá sangre

Lo único que tienen ambos Macbeths en común es su muerte prematura. En la versión del bardo, Macbeth es decapitado por Macduff como venganza por asesinar a su familia tras enfrentarse al hijo del malogrado Duncan y echarle de Inglaterra.

El Macbeth real también tuvo un turbio final a manos de los ingleses y el hijo de Duncan. En 1057, la batalla de Aberdeenshire, pueblo de Lumphanan, Macbeth recibiría una estocada mortal de manos del hijo de Duncan I, Malcolm.

En resumen, la justicia poética y las ansias de poder son la debilidad del escritor, además de lanzar advertencias a los poderosos de que no abusen de su posición. Se dice que Shakespeare escribió Macbeth como tributo al rey Jacobo I, un recién coronado rey de escocia cuyos ancestros representan el papel de héroes.

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