Cuando caen los primeros copos de nieve, empiezan las celebraciones para millones de personas. Puede que el invierno sea frío y crudo, pero nunca ha impedido que muchas culturas aprovechen las ocasiones que les brinda. La comida, los amigos y la diversión aparecen en todos los menús cuando exploramos las festividades y jolgorios invernales de la historia de todo el mundo.

¡Feliz Yule!

¿Te has sentado alguna vez a engullir un delicioso tronco de chocolate y pensado de dónde habrá salido ese delicioso postre?

Para responder a esa pregunta, tenemos que remontarnos a los orígenes de Yule en el siglo V o VI. Yule era el festival de mitad del invierno, una celebración pagana de los pueblos germánicos en honor al dios nórdico Odín. Tenía lugar entre el 21 de diciembre y el 1 de enero, y marcaba el cambio de la naturaleza durante la estación más fría, además de ser una oportunidad para dar las gracias a los dioses y diosas favoritos.

Aunque no se celebra exactamente igual en la actualidad, los paganos de hoy en día mantienen un fuego encendido hasta que vuelve a salir el sol como símbolo del día más corto del año (el 21 de diciembre). Y ahí es donde entra el tronco.

Los troncos de Yule se regalan y se colocan en la chimenea. Si el fuego se apaga y hay que volver a encenderlo, se considera mala suerte. La tradición manda sentarse alrededor del leño llameante para contar historias y jugar a las cartas.

Cuándo se convirtieron los troncos de Yule en una delicia festiva, sin embargo, no se sabe a ciencia cierta, aunque se cree que es un invento francés (Bûche De Noël).

Las Saturnales también son interesantes.

Saturnalia era un antiguo festival romano en honor al dios de la agricultura y la cosecha: Saturno. Originalmente se celebraba el 17 de diciembre, aunque luego se extendió hasta el 23 de diciembre. Los romanos cerraban todos los negocios y las escuelas, y pasaban su merecido tiempo libre en enormes festines públicos, apostando, regalando y festejando en presencia de la estatua del invitado de honor, Saturno.

Un rasgo particular de las Saturnales era el intercambio de roles. Los esclavos cambiaban de puesto con sus amos y se comían el banquete servido por estos o incluso comían juntos. Las Saturnales también eran una oportunidad para que los esclavos le faltasen el respeto a sus amos sin consecuencias, un concepto que el augusto poeta Horacio denominó «la libertad de diciembre».

¿Y cómo se saludaban entre ellos? Diciendo «io Saturnalia». Era el grito que solía exclamarse en las fiestas públicas para expresar alto y claro las celebraciones de este día.

Saturnalia por Antoine Callet (1783)

Unas Navidades estupendas.

Y ya llegamos al festival de invierno más conocido, la Navidad.

Los orígenes de la celebración de la Navidad como fiesta cristiana el 25 de diciembre se remontan al s. IX, y por supuesto, la celebración del nacimiento de Jesús (aunque se sospecha que tuvo lugar mucho antes).

Hoy en día la Navidad, ya tan laica como cristiana, está marcada por el intercambio de regalos, el comer hasta reventar, ese fanático de las chimeneas que se hace llamar Papá Noel y evitar en la medida de lo posible a la familia política.

Elijas la fiesta que elijas, te deseamos unas felices fiestas en nombre de Conqueror’s Blade, Odín, Saturno y Papá Noel.